Solo River
Opiniones. Actualidad Riverplatense.
Ahora falta el tsunami
2 de Diciembre el 04-12-2007, 02:26 (UTC)
 Según la Biblia, Egipto padeció las siete plagas. Bueno, para River son ocho. Como si no alcanzara con todo lo que ya pasó en el año, parece que no lo pudiéramos terminar sin un tsunami, una catástrofe que siga golpeándonos ya caídos, hechos bolsa. Es cierto que, aunque no juguemos bien, no ligamos nada, que el resultado es injusto y excesivo, que la que pega en el palo de Almerares sigue con una adentro en el arco propio. Pero a esta altura de la campaña, ya no se puede hablar de merecimientos. El equipo que puede humillar a Boca también puede perder en un mismo torneo con los cuatro recién ascendidos, y dos de ellos por goleada. No pensemos en merecimientos.

Pensemos que acá hay que hacer una reconstrucción seria, y que no sólo depende de acertar en la elección del DT. También hay que ser muy lúcidos cuando se decida quiénes van a ser los líderes del equipo dentro de la cancha. River, debajo de la mitad de la tabla general que clasifica a las copas, tiene que armar un equipo para campeón (como siempre, más que nunca), que haga muchos puntos y remonte este torneo horrendo. Salvo que nos acostumbremos a perder con cualquiera y se resuelva que lo mejor es empezar desde la B, a competir con los que después ascienden para que no nos sorprendan tanto.
 

River es la palabra a respetar
23 de Noviembre el 02-12-2007, 05:31 (UTC)
 Etica, palabra, compromiso... Se usan livianamente términos desconocidos para el fútbol de hoy. Ramón se dio vuelta, le dijo que sí a River y después le torcieron el brazo y el deseo entre la presión y los dólares de la gente de San Lorenzo. Esto es un negocio y punto. Ramón es de River, quiere volver y un día volverá, sólo que éste no es el momento.


Hasta ahí, todo bien. Pero descarrila cuando saca pecho y hace el show de la palabra, de que es un ejemplo... ¿Palabra? Dos veces no la cumplió: cuando le dijo que sí a River y cuando puso reversa y se quedó en el Ciclón. Ojo, soy flexible, no me espanta que haya negociado con River ni que hubiera agarrado. ¿Es ético, Ramón, llevar a tus hijos a San Lorenzo? ¿Estarían allí si se llamaran Emiliano y Michael Pérez? No hay nada más importante que ayudar a los hijos. Lo que estaría mal es ponerlos y sacar a alguien mejor. No hablemos de ética. Hagamos un silencio piadoso y respetemos la decisión de un hombre que ama a River pero se vio presionado, casi obligado a seguir en San Lorenzo.

Y ahora, los de River hagamos un esfuerzo para apoyar al que venga, aunque no sea Ramón. Dejemos a un lado odios y rencores y la implacable búsqueda de culpables a la que nos hemos hecho adictos. No sirve, no nos sirve, nos daña. Ya está. Aguilar se equivocó pero se bajó del pedestal y fue a buscar al hombre. Si seguimos clavándonos puñales por lo que pasó hace cinco años, sangra River. ¡Y nos devoran los de afuera!
 

Ramón no es Angelito
22 de Noviembre el 02-12-2007, 05:31 (UTC)
 Los hinchas de River imaginamos, equivocados a la luz de los acontecimientos, que ya teníamos el técnico que nos iba a devolver al primer mundo futbolero. Pero no, amigos navegantes. O lectores, como decimos en el diario papel. Mientras masticábamos la tostada en el desayuno, empezó a rebotar una noticia que se terminó de cocinar anoche: Ramón se queda en San Lorenzo. Eso lo revela como una persona leal, como él mismo se definió en la conferencia de prensa de este mediodía. ¿Qué demuestra esto? Que no es Angelito Labruna, cuya lealtad por River superaba a su propia persona. Díaz es el sucesor de Labruna, pero no es Labruna.
 

Lo mismo que hizo Angelito
21 de Noviembre el 02-12-2007, 05:30 (UTC)
 "De River no hay que irse nunca", decía Angelito Labruna. Perfectamente podría haber dicho, "a River no se le puede decir que no". De tanto andar con Omar, Ramón Díaz es como un hijo de Angelito, su sucesor en el gen gallina. Y más allá de lo económico, porque hoy el fútbol vive una época menos romántica y más profesional, es evidente que no le puede decir que no a River.

Perdonen los hinchas de San Lorenzo, entiendo su bronca, pero traten de ponerse en el lugar de Ramón. ¿Ustedes no dejarían cualquier cosa por el Ciclón? ¿Nunca dejaron a la vieja el Día de la Madre por el Cuervo? Les duele porque lo rescataron del olvido, lo trataron bien, disfrutaron juntos y se preparaban para el desafío máximo. Pero no lo maten. Recuerden que Ramón hizo mucho por ustedes, les cambió el humor, se va porque no lo puede evitar. Angelito andaba fenómeno en Talleres cuando lo dejó para agarrar River en el 75. Allí se cortaron los 18 años, ganó seis campeonatos pero en el 81 tuvo un conflicto con la dirigencia y ¿saben dónde fue a dirigir? A Talleres. El mismo club que sabía que si River lo requería, Angelito se volvería a ir.

Lo increíble parece posible. ¿Ramón a River? Sí, parece que sí. Los protagonistas vuelven al lugar del hecho y la rueda gira los 360 grados. Una vuelta perfecta. Tantas vueltas. Y las que van a venir.
 

El cuervo y la gallina
20 de Noviembre el 02-12-2007, 05:30 (UTC)
 Cuando uno tiene ganas, el otro no puede. Cuando el otro puede, uno no tiene ganas. La búsqueda de la directiva de River es lógica para el momento: hace falta un bombero, alguien que sea el centro de la escena y que no admita reproches. O sea, Ramón. Un Ramón unos años más grandes y tal vez más afectuoso con el vestuario que el que esta misma conducción decidió, hace cinco años, que no era el indicado. Pero en cinco años se puede aprender.

Ahora, ¿es justo con Ramón? Se le pide que deje San Lorenzo, que se acordó de él cuando otros lo habían sepultado, donde demostró que no sólo podía ganar en un River con superfiguras. Si la oferta es posta, Ramón está frente a una decisión difícil: si se va de San Lorenzo, lo deja a gamba, se va mal, defrauda, más allá de que los cuervos estarán agradecidos por siempre por el título que les dio, por eso les dolerá doblemente que se vaya así.

Si se queda en el Ciclón, estará tranquilo con su conciencia pero tendrá agujeritos en el corazón por decirle que no al amor futbolístico de su vida.

Aguilar podrá decir: no me jodan más, yo lo fui a buscar y él no pudo venir. Tal vez limpiará superficialmente su conciencia, pero sólo él sabe qué sensación le atravesará el corazón.
 

Un castigo divino
15 de Noviembre el 02-12-2007, 05:29 (UTC)
 Podrá Passarella decir que su último día no tuvo suerte, que otra vez se lesionó un jugador importante y que River mereció ganarle por más de un gol a Arsenal. Pero no pudo, no supo, no quiso entrar, Cuenca está para atajar y Arsenal, equipo chico, hizo lo que hacen todos los equipos chicos: tiempo y más tiempo, con la llamativa complicidad de Baldassi. Ya está, ganaron, son finalistas.

Podrá decir Passarella que no contó con Falcao, su gran goleador, podrá decir que el piso estaba mal. Tan cierto es que River debió ganar como que no hay que llorar y que la semana pasada, con Falcao, no pateamos al arco (otro error del técnico, ese planteo). River dejó de ser River, salvo esporádicos momentos mágicos que disfrutamos en el torneo local en la misma cancha de los penales fatales.

Y hoy no somos nada. Un equipo deshilachado con voluntades que se cargaron al hombro los murmullos, que metieron en el lomo obligaciones imposibles de pagar. Tapar el fracaso del proyecto futbolístico del club es pretender disimular el frío de anoche con una musculosa. Vamos a terminar internados.

Es el destino. Quiso River un día más tétrico que anoche darle la espalda a Ramón y allí se inició un castigo divino, un descenso estrepitoso, inimaginable, triste, un cráter que se hunde en el corazón, una daga de fuego, una maldición que parece perseguirnos y amenaza con arruinarnos la vida, con duplicar la apuesta del dolor, con pisarnos la cabeza cuando el agua nos llega al cuello. No es que sea Ramón o el abismo, pero a la larga, el que las hace las paga.

Tranquilos, nada es para siempre. La carta de Passarella ya está bien guardadita en el mazo.
 

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Solo River
 
El equipo estuvo mal armado

Rosales es wing derecho y puede ir por izquierda. No es enganche, se pierde si no tiene referencia. Barrado es volante por afuera, no tiene la visión estratégica para conducir a River. Sí tiene buen tranco, remate y manejo. Simeone la pifió con esas elecciones y condicionó el rendimiento del equipo. Ojo, el Cholo tiene mucho mérito en el campeonato que ganamos y le sobra valentía como para intentar agregar valor al plantel que maneja. Un ejemplo es el caso de Ponzio, que no tenía lugar y hoy es un pilar como último, aunque no debe excederse tanto en el pelotazo a la marchanta o a los grandotes: esto es fútbol, no básquet. Tirándoles todas las bolas a Falcao y a Salcedo a dividir, los mandamos al muere, a chocar, a rasparse todo el partido, terminan golpeados y sin pelotas limpias. Ayer River fue un engendro, porque además defeccionaron Ahumada y Abelairas, dos tipos que con sus 7 puntos son el pulso del equipo. Por momentos indignó ver que Bertolo, Ervitti y Raymonda jugaban por abajo y nosotros, que somos River, pinchábamos las nubes: un despropósito. Se supone que la vuelta de Buonanotte aportará una buena porción del fútbol que nos falta y sería interesante darle más minutos a Robert Flores: tiene clase, pase entre líneas, va para adelante, la pide con ganas. Faltó el equipo, pero igual la gente dijo presente y alentó todo el partido, empujó, fuimos locales... No estaría mal alguna reflexión del filósofo Ahumada sobre la temática.
 
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